A fecha 31 de Marzo de este año escribí esta entrada (click aquí) en pleno inicio de pandemia, la cuál llego a tener más de 1000 lecturas. Por aquel entonces se desconocía mucho de los efectos del Covid y vivíamos con la incertidumbre semanal de una ampliación constante del estado de alarma, con la ansiedad de no poder desempeñar nuestra práctica clínica de forma segura (no había ni acceso a mascarillas) y con el miedo de ver cómo personas vulnerables estaban aisladas en sus casas con los riesgos de moverse menos y tener menos acceso a productos específicos que les facilitaban la vida. Releo esa misma entrada y veo que entramos en la segunda oleada con «deberes» por hacer.
En aquel momento arengaba al colectivo para crear grupos de trabajo específicos en Covid. Se hicieron cosas. De un grupo de Whatsapp en el que se compartían evidencias y experiencias salió una biblioteca que ha servido para la creación de Guías especificas para el abordaje Covid por parte de los logopedas. También salieron a la luz experiencias de algunos compañeros que apoyaron en UCI y obtuvieron buenisimos resultados. Desde otros países (Reino Unido, Australia y EEUU mayormente) nos han llegado evidencias científicas que nos permiten entender los efectos del Covid y poder planificar propuestas de intervención más eficaces. Desde que escribí esa entrada no ha habido día que no me haya llegado información novedosa sobre Covid-19. Hasta he tutorizado un TFM sobre este tema en disfagia. Por tanto, podemos decir que no estamos igual. En este tiempo, además, he podido tratar a personas que han superado el Covid y que padecían tanto sus efectos como los que supone una estancia en UCI prolongada (aún sigo tratando gente con los efectos de la primera oleada).
Recuerdo una persona que traté por su disfagia que, con lágrimas en los ojos, me dijo: «no tienes ni idea de lo que ha supuesto para mi ese trago de agua«, después de ser capaz de beber un sorbo de agua de forma segura tras entrenamiento y fortalecimiento de su deglución en un caso postCovid. Me llamaba a reflexionar sobre lo duro que puede llegar a ser prescindir de algo tan cotidiano como puede ser dar un trago de agua en un momento dado. También me hizo pensar que ese mismo trago de agua lo podía haber tomado un mes antes si pudiera haber comenzado antes su entrenamiento. Me daba la sensación que seguíamos llegando tarde a esa primera oleada cuando la segunda ya nos estaba arrasando. Me sentía orgulloso porque toda esa preparación teórica que he tenido desde Marzo había dado sus frutos y estaba sirviendo para solucionar problemas pero algo dentro de mi me incitaba a seguir luchando para que la presencia del logopeda llegue muchísimo antes a los pacientes.
Estamos en un momento crucial en el que, ahora si, con la evidencia en la mano, tenemos armas para pedir que debemos estar presentes en la lucha contra el Covid-19. La logopedia es la profesión sanitaria que tiene mucho que aportar a la hora de entender las funciones orofaciales verbales y no verbales y sus déficit como consecuencia del Covid-19, estancia prologada en UCI o extubación. El ciudadano tiene que saber que, con una puesta en práctica adecuada de intervenciones basadas en evidencia, puede ser capaz de tomar muchísimo antes ese trago de agua de forma segura. Nadie dijo que fiera fácil pero tenemos que luchar para estar ahí y si nos lo ponen dificil la única estrategia posible es seguir luchando, con la evidencia en la mano. Les invito a revisar la incidencia de disfagia con el Covid-19 y la disminución de estancia en UCI en pacientes que recibieron una intervención adecuada en los problemas de disfagia. Calidad y cantidad de vida porque una vida salvada merece ser vivida.
¿Y el paciente No Covid?. Seguimos atendiendo ictus y efectos de patologías oncológicas, entre otros. Ahora tenemos más herramientas para poder atender a esta población. Recuerdo una persona que contactó conmigo en medio de la primera oleada con ictus reciente, sin poder recibir terapia y con enormes dificultades. Ahora tenemos más posibilidades. Sigamos informando a los diferentes facultativos que esos pacientes están en condiciones de seguir recibiendo sus tratamientos y beneficiándose de los mejores evidencias como se hacía antes de Marzo.
Os emplazo a la reflexión y a la unión. Como colectivo necesitamos dar otro paso y seguir luchando por estar en la lucha contra el Covid, ahora más que nunca. Tenemos mucho que ofrecer a la sociedad y mucho que aportar. Y es unión no solo es posible sino que existe. Recuerdo el día que acabé la carrera cuando una profesora vino y me dijo que me había equivocado eligiendo Logopedia como carrera ya que sería una disciplina que iba a desaparecer. Pasados 15 años no solo no ha desaparecido sino que está cada vez más representada. Hace unos años, otra persona me dijo que los logopedas no ibamos a unirnos jamás y que no nos ayudábamos y desde que soy logopeda no he recibido más que ayuda de mis compañeras (cuando tengo una duda consulto y no ha habido vez que no se me haya ayudado y que no haya sentido colaboración de colectivo). Estamos más juntas de lo que creemos.
Ánimo.