Me van a permitir que les traslade una reflexión a «vuelapluma»…
Seguro que todos somos capaces de imaginarnos ese sombrero alargado con forma de tubo que estuvo de moda allá por el 1800. Más conocido como el sombrero del mago, lo que más conocemos de este complemento es su uso en el mundo del arte. El mago nos deja a todos boquiabiertos cuando es capaz de extraer de su chistera todo tipo de elementos ante nuestros ojos. Comienza el espectáculo y, de pronto, el mago extrae de su sombrero una paloma. Suenan los aplausos. Una emoción manifestada con cosquilleo y una sonrisa nerviosa nos llena en ese momento. ¿Cómo lo ha hecho?. Ni idea. Pero algo dentro de ti no puede evitar pensar en localizar el truco. ¿Qué ocurre dentro de la chistera?. Detrás de ese elemento opaco han de suceder algunos eventos que escapan a nuestra vista y uno no puede evitar sentir curiosidad por saber qué está ocurriendo.
En mi práctica diaria ocurren muchos momentos en los que tengo la misma sensación. A veces siento que me encuentro delante de una chistera similar y que se me están escapando cosas para poder entender algunas patologías. Esto es lo que yo llamo “la hipótesis de la chistera”.
La atención a las personas con disfagia exige manejar dos sistemas complejos: el respiratorio y el digestivo. Durante este trabajo intentamos tener en cuenta diversas variables que nos permitan detectar dificultades y ofrecer soluciones para favorecer un estado de salud y confort a las personas que atendemos. En ese proceso siento que hay muchas variables que aún se nos escapan. A veces me veo metiendo en una chistera una serie de variables que se combinan sin que yo sea consciente de ello. Ocurre que de la chistera sale un resultado que no siempre es el esperado. Esto me pasa mucho cuando quiero entender la relación entre la aspiración y la neumonía.
Cuando comencé a trabajar hace ya muchos años en disfagia se tenía muy claro que toda aspiración llevaba a un episodio de neumonía. Con el tiempo fueron apareciendo más variables que parecían influir en el proceso, como la higiene oral o situaciones de malnutrición. Poco a poco, nuestra chistera se llena de variables que se combinan sin que seamos del todo conscientes y pueden dar como resultado situaciones diversas. Cuando de la chistera de la atención a la disfagia aparece la neumonía no puedo evitar esa sensación de ignorancia de no tener claro qué variable ha sido la causante. Tenemos muchos componentes dentro del sombrero y su combinación puede ser claro por lo que deberíamos empezar a hacer trampas y mirar dentro de la chistera que es lo que ocurre.
¿Qué podemos encontrarnos?. Seguramente si miraremos dentro de la chisteria se nos abriría la mente como si saliéramos de la caverna de Platón. Es muy probable que suframos capaces de entender mejor los mecanismos de aspiración. Metemos una aspiración en la chistera y ya sacamos la neumonía pero no puede ser tan fácil. Cuando veo el truco de la chistera frente a mi no puedo evitar hacerme estas preguntas:
- El volumen aspirado tiene que ser determinante
- El material aspirado es importante
- El tipo de alimentos que toma la persona que aspira puede influir en todo el proceso ya que se sabe que existe una microbiota oral compartida a nivel oral, primer tercio del esófago y tracto respiratorio
- La capacidad cardiorespiratoria de la persona debe ser un aspecto favorecedor en el proceso
- La higiene oral podría favorecer a que el material aspirado sea menos nocivo, unido a una alimentación saludable
- Una adecuada nutrición nos asegura un mecanismo fisiológico más eficaz
- La existencia de patologia digestiva de base podría influir en el proceso
- Patología respiratorias, restrictivas u obstructivas, podría influir en la eficacia laringea
- La función cognitiva de la persona puede influir no solo en la capacidad para estar aletar sino para el manejo de secreciones y alimentos a nivel oral
- La farmacologia que toma la persona de manera nornalizada asi como cambios que pueden realizarse de forma puntual
- La capacidad para toser. En este punto es importante distinguir entre la capacidad que tiene una persona para toser de forma voluntaria y aspectos sensoriales que desencadenarian la tos a la hora de que un alimento entre en el tracto respiratorio (y a que nivel).
Demasiadas preguntas, muchas dudas que me surgen en el momento en que sale de la chistera el veredicto. Intento tener en cuenta todo ésto cuando hago cualquier recomendación a las personas con disfagia para evitar que de la chistera salga un veredicto no deseado. Lo reconozco, no puedo evitar buscar el truco del mago. Tal vez, algún día, la chistera de la disfagia deje de estar fabricada en un material opaco y tengamos las claves para no llevarnos sorpresas.