De acuerdo con la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud), la Comunicación (d310-399) estaría contemplada dentro las Actividades y Participación e implicaría “aspectos generales y especificos de la comunicación a través del lenguaje, signos y/o símbolos, incluyendo la recepción y producción de mensajes, llevar a cabo conversaciones y utilización de instrumentos y técnicas de comunicación”1 (p.143).
La comunicación nos permite interactuar en nuestro entorno a todos los niveles. No podemos acotar la definición de comunicación un mero intercambio de mensajes verbales. La comunicación nos permite interactuar con nuestro entorno a la vez que lo entendemos. Si tenemos en cuenta que existe una prevalencia de trastornos de comunicación tras un daño neurológico de entre un 21-40%2, 3 , es importante que se atiendan las necesidades de comunicación para que estas personas vuelvan a participar de forma activa en sus vidas.
Como personas que disfrutamos de la relación con otros individuos de nuestra comunidad, la comunicación es un aspecto que conviene tener en cuenta a la hora de analizar cualquier interacción y acción de nuestra vida diaria. Como neuroterapeutas que llevamos a cabo evaluaciones y tratamientos dirigidos a personas con daño neurológico es fundamental tener en cuenta y reflexionar acerca de aspectos de la Comunicación para poder entender de una manera global aquellos componentes que analizamos.
Me permito ir un paso más allá. En nuestra práctica diaria clínica en daño neurológico (DC, a partir de ahora) vamos a ir un paso más allá en el análisis y razonamiento de aquello que vemos en la persona que valoramos. Propongo, por tanto, a lo largo de esta entrada acuñar el término de COMUNIC-ACCIÓN, como recordatorio simplista de que en cualquier acto en el que nos veamos inmerso que revele comunicación (moverse podría ser uno de ellos) vamos a tener en cuenta, tanto a la persona con la que intercalamos (o interactúa con nosotros) como un sujeto activo que jamás deja de transmitir información (y nosotros a el/ella).
La comunicación es un proceso muy amplio que engloba una variedad de procesos complejos que permiten llevar a cabo un acto cotidiano que nos permite desarrollarnos a todos los niveles. El lenguaje es una de las vías que nos ayuda a llevar a cabo este fin. La comunicación está detrás de muchos eventos y situaciones en nuestra vida diaria que nos permiten emocionarnos, movernos con sentido, relacionarnos y percibir lo que nos rodea.
Bajo mi punto de vista, tanto emisor como receptor se comportan como sujetos activos durante la comunicación. Durante un intercambio comunicativo, es importante tener en cuenta que, a pesar de que uno de los interlocutores sea el que “transmita” un mensaje, éste mismo recibe información del otro interlocutor y condiciona la comunicación. Podríamos decir que el emisor emite y recibe, al igual que el receptor no solo recibe sino que también emite información relevante para la comunicación. Ello supone cambiar la visión unidireccional que propone el modelo anterior y pensar en un intercambio de información bidireccional donde ambos interlocutores aportan en todo momento. Ese intercambio va a suponer un mensaje que está envuelto en información contextual (lugar, otros agentes intervinientes, información temporal y otros) que acabará significando al intercambio comunicativo desarrollado en el Entorno de la persona. Me permito la licencia de denominar a este modelo “Comunic-Acción”, un modelo basado en la interacción y participación de ambos interlocutores como sujetos activos.
Una vez hemos entendido lo que es la Comunicación, me gustaría meterme para hacer reflexionar acerca de las diferencias entre lo que puede ser la Competencia comunicativa y la Competencia linguística. Tradicionalmente, los enfoques de tratamiento en nuestro país para el abordaje de la afasia tenían muy encuentra la competencia lingüística de una persona; de hecho, es normal encontrar informes de tratamiento cuyas evaluaciones se han basado en procedimientos que tan solo tienen encuentra esa competencia. No podemos obviar que ese proceso de comunicación dinámico seguirá siendo la base y el motor de las interacciones en la persona con afasia, por ello, es importante que reflexionemos acerca de la importancia que damos al análisis y trabajo de la competencia comunicativa en la persona con afasia (y en otros problemas del habla).
Es posible que en la comunicación de los que tenemos en cuenta a la hora de evaluar el lenguaje pero que van a interferir en él. La situación física de la persona, estado emocional, el entorno que le rodea y su propia comunidad va a ser algo que va a condicionar su Comunicación. De poco sirve conocer de manera exhaustiva aspectos congestivos y linguísticos y obviar ese funcionamiento general que tiene la persona en su día a día. En la Figura siguiente , extraída y traducida de Macdonald, 20174, se puede ver la pequeña parte a la que pertenece el estudio especifico de los procesos lingüísticos y otros muchos aspectos que debemos tener en cuenta para que la persona ponga en práctica la capacidad de comunicar. No quiere decir que ya haya que obviar el estudio del lenguaje por procesos, sino que, este estudio debe ser enriquecido con otros parámetros que solo se podrán tener en cuenta si se hace un abordaje transdisciplinar de la persona adulta que tiene problemas de Comunicación.
Como seres dinámicos que somos estamos diseñados para movernos y participar, en la medida de lo posible dentro de nuestro entorno. Nunca dejamos de comunicar. Existe comunicación desde los procesos más fisiológicos que existen, aspecto que se tiene muy claro en el trabajo con personas con daño neurológico severo.
Basándonos en todo este modelo de Comunicación Humana podemos imaginad la cantidad de factores que habrá que tener en cuenta a la hora de intervenir en la Afasia.
Me permito proponer una propuesta de Dodecálogo de variables a tener en cuenta en el abordaje de la Afasia a partir del cual puede partir nuestro Razonamiento Clínico. Aspectos todos ellos influyentes en la rehabilitación de una persona. En la siguiente tabla pueden encontrar el Dodecálogo de la Comunic-Acción en el abordaje de la afasia:
Estrategia terapéutica | |
Transdisciplinariedad | El abordaje de la Afasia no es analizado por una única disciplina, sino que, de un modo obligado, han de participar en el proceso de toma de decisiones diferentes disciplinas que trabajen de un modo transversal buscando el entendimiento de la persona como un todo. |
Evidencia cientifica disponible | Estamos obligados a llevar a cabo una búsqueda actualizada que valide las estrategias que llevamos a cabo, sostenida estas decisiones en estudios que las avalen o, al menos, justifiquen su aplicación. |
Lugar de intervención | Es importante tener en cuenta el lugar donde vamos a llevar a cabo la intervención en la afasia. El contexto que envuelve a la terapia es fundamental para poder generar las situaciones comunicativas significativas necesarias y generar un espacio donde los interlocutores se vean acogidos. |
Entorno y/o Comunidad | El entorno y/o Comunidad donde la persona se mueve en su día a día no puede ser obviado en el abordaje de la Afasia. Si existen dificultades para poder acceder al mismo intentaremos recapitular el máximo de información posible para poder aplicar nuestra intervención teniendo en cuenta sus barreras y/o facilitadores. |
Apoyo familiar | El rol actual de la persona con afasia dentro de su familia, la posible alteración de las relaciones familiares tras la afasia así como la situación emocional de las personas que la rodean han de tenerse encuentra por el enorme impacto que podría tener ello en cualquier decisión terapéutica que determinemos. Hemos de tener en cuenta la situación familiar en todo momento. |
Estado emocional | Las emociones resultantes de los cambios producidos en la persona tras sufrir una afasia pueden condicionar cualquier estrategia terapéutica que apliquemos. Hemos de tener en cuenta, además, que la zona de la lesión puede también pronosticar ciertas tendencias en la esfera emocional de la persona. |
Evaluación medible y objetiva | El proceso de evaluación debe estar sostenido por herramientas sensibles de detectar cambios así como que sean capaces de objetivar la situación actual de la persona. La medida de resultas permite ofrecer cierta objetividad a nuestros tratamientos de cara a poder guiar a la persona en un proceso que no sea demasiado subjetivo, sin perder de vista aspectos cualitativos. |
Objetivos consensuados y significativos | No debemos olvidar que los objetivos de tratamiento pertenecen a la persona que desea promover mejoras funcionales en sus capacidades. La persona con afasia ha de ser el protagonista en la planificación de los objetivos de tratamiento si queremos que estos sean realmente significativos y se genere un tratamiento motivante de cara a promover cambios que tengan un impacto en la vida diaria. |
Reevaluación periódica | La persona ha de estar sometida a una revaluación constante de car a ofrecer una intervención dinámica. La situación de la persona puede cambiar y nuestros tratamiento deben contar con la sensibilidad suficiente para poder detectar esos cambios y ofrecer soluciones. |
Frecuencia/Dosis del tratamiento | De cara a poder generar cambios en el cerebro, debemos tener en cuenta los principios de intensidad y repetición, teniendo en cuenta la carga de trabajo a la que sometemos a la persona. Este hecho nos permite conocer si la intensidad de nuestra terapia es adecuada. |
Entrenamiento de interlocutores | No debería existir tratamiento de afasia que no tuviera en cuenta a aquellos que rodean a la persona que la sufre. Desde el primer momento de nuestra intervención, familiares y/o cuidadores han de ser informados de todo el proceso para que posean estrategias comunicativas que les permitan favorecer la participación de la persona con afasia en todos los aspectos de su vida diaria |
Oportunidades de comunicación | Consensuar objetivos, tener en cuenta el entorno que rodea a la persona con afasia, informar a aquellos que le rodean y cuantificar nuestras intervenciones facilitarán que surjan el mayor número posible de oportunidades de comunicación. El éxito en estas oportunidades de comunicación promueve la generalización de aquellos aspectos que promovemos en la terapia. Cada oportunidad puede suponer un momento de implementación de los objetivos de tratamiento propuestos. |
Rol participativo en la vida | Nuestro objetivo en los tratamiento siempre ha de ser que la persona se mueva como sujeto activo en su entorno. Debemos olvidar la idea de exponer a la persona en situaciones que le puedan suponer una frustración, por lo que hemos de trabajar para solucionar esas situaciones lo antes posibles y que la persona con afasia posea las herramientas para recuperar su rol participativo en su dia a dia. |
Me parece clave entender el proceso humano de la Comunicación de cara a poder comenzar el razonamiento clínico en el abordaje de la Afasia. Ese puede ser el comienzo del camino para poder establecer un tratamiento más individualizado. La propuesta de tabla nace de la experiencia en el abordaje de la afasia en personas con diferente severidad cuyos objetivos de tratamiento serán diversos dependiendo de las necesidades d ecada uno y de su entorno.
En la actualidad tengo la enorme suerte de comenzar a coordinar el Área de Logopedia en el Centro Europeo de Neurociencias, donde se proponen planes terapéuticos bajo las premisas indicadas en esta entrada como podéis leer en el siguiente enlace Enlace a Logopedia Participativa
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
- ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. 2001. Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF). Ginegra: OMS.
2. Murciego, P.; García, N. Secuelas del daño cerebral adquirido, estudio sobre las necesidades terapéuticas. AELFA. 2019, 39, 52-58.
3. Leyva-Cárdenas, M. G.; Arch-tirado, E.; Murphy-Ruiz, P. C.; Juárez-García, S. G.; Muñiez-Ríos, M. P.; Lino-González, A. L. Causas y efectos del daño cerebral adquirido traumático y no traumático en una cohorte de 736 pacientes. AELFA. 2019, 39, 66-74.
4. Mac Donald, S. Introducing the model of cognitive-communication competence: A model to guide evidence-based communication interventions after brain injury. Brain injury. 2017, Vol. 31 (13-14), 1760-1780.