La disfagia va más allá de un síntoma.
La disfagia supone una condición. Una condición en la que se ven influenciadas múltiples variables que afectan (y limitan) al funcionamiento de una persona.
Para entender la deglución no hay nada más sencillo que despegar nuestra lupa del cuello de la persona y alejarse todo lo que uno pueda. En ese momento uno es capaz de percibir todo aquello que condiciona a la persona en su problema y entiende la Disfagia.
El estudio de la Disfagia nace de una oportuna Anamnesis que no es más que una entrevista con la persona y aquellos que le rodean dónde aparecen las preguntas oportunas que nos señalizan el camino. Esa conversación que pone luz a un camino en el que la persona ha caminado sola y desorientada. Esas preguntas comienza a dar sentido a unas circunstancias aisladas normalizadas a la fuerza.
Poco a poco, vamos encontrando piezas de un puzzle que hay que ir construyendo con la destreza de un relojero ya que algunas piezas solo encajan si localizamos una tercera.
Todo ésto hasta que llega ese momento en el que volvemos a acercar nuestra lupa a la boca de la persona y entendemos su deglución.
Y es que existen tantas degluciones como personas. Degluciones que se han ido construyendo a lo largo de sus vidas en su constante relación con los alimentos de su entorno.
Nuestros alimentos nos acompañan en todos (o casi todos) los eventos importantes de nuestra vida y cuesta pensar que el alimento está siendo el causante del problema.
Y llega un momento en que el logopeda sale de esa escucha activa y propone cambios a esa deglución. la fortalece, le da seguridad y la vuelve a hermanar con el alimento. El logopeda modifica los engranajes y vuelve a construir el alimento hasta que llega un día en el que ese alimento vuelve a formar parte de su vida, tal vez vestido con otro vestido, pero siempre mostrando su mejor gala.
Entender la disfagia va más allá de analizar una (o tres) degluciones aisladas. Entender la disfagia implica acompañar a la persona que la padece en un viaje. Viaje, a veces tormentoso, a veces liviano, y hacer de traductor y guía para que llegue a su destino con el mayor confort.