Según la National Aphasia Association, la afasia es “una alteración del lenguaje que afecta a la producción o comprensión de la palabra hablada y/o la capacidad de leer o escribir”. De acuerdo con ellos, actualmente hay alrededor de un millón de personas en los Estados Unidos que tienen afasia y casi 180,000 casos nuevos cada año. En España no existe un mejor panorama. El ictus genera en España de 120.000 a 130.000 nuevos casos al año. Existe una incidencia entre el 21 y el 38% sólo de Afasias por ACV. Otras causas, tales como un traumatismo craneoencefálico o tumefacciones pueden contribuir a la aparición de la Afasia en una persona.
A lo largo de la historia, se han ido sucediendo diversas clasificaciones de la Afasia, a medida que se han ido obteniendo hallazgos y evidencias de sus estragos en el desempeño comunicativo de la persona. Ya desde el Antiguo Egipto se comienzan a tener datos de casos de personas con problemas de lenguaje que podrían enmarcarse en algún tipo de Afasia. Franz J. Gall comenzaría un camino que , a día de hoy, infinidad de investigadores no han dejado de caminar y cuyas investigaciones nos han ofrecido perfiles cada vez más específicos de tipos de afectaciones de lenguaje. De hecho, es posible encontrar aplicaciones de distintas clasificaciones a la hora de llevar a cabo un diagnóstico de la Afasia, dependiendo del autor o Batería de valoración elegida.
Una afasia, una persona…
Lejos de clasificaciones, cuando visito por primera vez a una persona y me abre las puertas de todo su entorno, espero encontrarme a eso mismo…una persona.
Una persona que, en un determinado momento, ha visto parte de su vida frenada y que ha vuelto a su entorno, encontrándose Limitaciones en la Actividad y Restricciones en la Participación en su Actividades de la Vida Diaria. En el caso especifico de una Afasia nos encontramos con infinidad de Actividades que pueden verse alteradas en su desempeño diario.
Con toda seguridad, cada persona vivirá su Afasia de un modo distinto a otra, a pesar de estar inmersas en un mismo cajón clasificatorio por el resultado de la valoración de los procesos especificos de lenguaje.
Es necesario que como profesionales sepamos mirar más allá y ver a la persona inmersa en su entorno, entenderla, entender su entorno y saber movernos en el mismo para reestructurar la Comunicación.
Es vital no fijar nuestra valoración en todos los déficit y procesos alterados. Buscar la posibilidad y los procesos que se encuentran conservados pueden ayudarnos a establecer unos cimientos sólidos de nuestro tratamiento (no caigamos en el error de este técnica va bien para esta tipología de Afasia, ya que la persona es mucho más que eso). Conocer a la persona y su desempeño cognitiva puede ayudarnos a establecer un buen tratamiento.
Lenguaje, como algo más que lenguaje….
No podemos ver el lenguaje como un cajón aislado en nuestro cerebro. Los últimos modelos de procesamiento de la palabra ya nos arrojan bastante luz sobre la relación del lenguaje con “otros” dominios cognitivos. Imposible aislar el lenguaje del resto de la cognición y de la propia persona en un proceso de valoración y de tratamiento.
El lenguaje forma parte de toda una globalidad.
Cuando hacemos tareas de olfato se activa el Lenguaje. Cuando estamos en movimiento se activa el Lenguaje. Cuando vemos o sentimos el Movimiento procesamos lenguaje. La forma en la que nos orientamos en el entorno afecta y modifica nuestro lenguaje. Sobre este tema hay diversa investigación. También tenéis un capítulo de Xurxo Mariño que es una maravilla (creo que lo leo una vez al mes, como mínimo).
Comunic-Acción…
Comunic-acción es una propuesta que nació fruto de todos estos razonamiento.
Conocer la afasia, observar y estudiar los efectos de la afasia en el entorno de cada persona, escuchar las NECESIDADES y MOTIVACIONES de la propia persona y de su entorno y establecer una sinergia con lo que nos dicen las pruebas de valoración (específicas y funcionales) para trabajar Comunicación. Pero en Movimiento constante. Es decir, buscando recuperar la PARTICIPACIÓN de la persona en su propia vida.
Buscar que la persona vuelva a ser el actor principal de su propia vida.
Todo ello a través de la Comunicación en la Vida Diaria y bajo unos criterios lógicos y desde el respeto, dotando a nuestras intervenciones del tiempo necesario.
No se trata de entrar como un elefante en una cacharrería. Hay que dar tiempo a las cosas. No es fácil intervenir en un entorno. La mayoría de las veces comenzaremos sentados en una silla en un sitio asignado y desde ahí comenzaremos a vivir diferentes situaciones para localizar Comunicación dentro de cada una de las actividades de la vida diaria. Como seres en movimiento constante y debemos controlar ese movimiento.
Las acciones se preparan minuciosamente para evitar frustraciones pero también es posible encontrar espontaneidad donde la persona nos demuestra aspectos que no ocurren en el proceso de valoración.
Todo ello bajo el paraguas de la evidencia científica que nos revela como funciona el cerebro y sus principios de plasticidad cerebral (intensidad y repetición de ejercicio, tareas especificas, uso de la función,…)
COMUNIC-ACCIÓN en estado puro.